Los pinceles, rodillos y brochas deben limpiarse inmediatamente después de ser utilizados, así durarán más tiempo sin estropearse. De hecho, los pinceles y brochas dan un mejor acabado si se han utilizado, limpiado y guardado convenientemente.
Debemos consultar y seguir las instrucciones de limpieza que proporciona el fabricante. En general, los esmaltes se eliminan con aguarrás, trementina o parafina, o también con disolvente universal. Y las pinturas plásticas se eliminan simplemente con agua.
Como hemos comentado antes, para mantener una brocha en perfecto estado, es importante limpiarla tras haberla utilizado y, luego, no guardarla apoyada sobre las cerdas, lo ideal es colgarla desde el orificio que suelen llevar en el extremo del mango.